CARMELITAS (II)


Visita al nuevo Carmelitas. Como podréis comprobar en este blog ya había una reseña de Carmelitas, un sitio donde antes comía en bastantes ocasiones al estar muy cerca de mi despacho.
Actualmente ha pasado a manos de Javier Pellicer del que no hablaremos pues no necesita presentación, y ha tratado de darle un nuevo impulso que, por lo visto y lo probado, va a necesitar algo más que impulso.



La llegada al restaurante ya fue bastante decepcionante. Dos mesas ocupadas y posteriormente una tercera pero de mentira. Jajajajajaja.
¿Qué es una mesa de mentira?, es esa mesa compuesta por el propietario y socio, y la comparten con dos blogueros de esos que  son incapaces de presentarse en un restaurante a comer sin anunciar su visita.
Esos personajes que denomino “estómagos  agradecidos” (término original del añorado José Mª García) pero que nunca dos palabras fueron capaces de definir tan bien a alguien.
Se presentan en el restaurante y les están esperando con platos especiales, cocinados al momento, presentados en el momento justo y oportuno, escuchando las grandes explicaciones y bonanzas de los propietarios , acompañados de los mejores vinos y lo que es peor, sin pagar.
Ante esta situación todo, absolutamente todo resulta magnífico, maravilloso, sensacional  e idílico, cuando la realidad deja bastante que desear.
Lo primero que es absolutamente mejorable es el servicio, el conocimiento por parte del personal de los productos que venden, el que alguien sea capaz de aconsejarte y no te contesten que “no sé”, y sobre todo que cuando una pregunta que es estilo Paad thai no tengan que ir a la cocina a preguntar y la respuesta sea “pues eso estilo Paad Thai”. ¡Brillante!.
El otro problema a solucionar son los timings, no se puede traer la pasta cuando uno en la mesa todavía está con la ensaladilla y sin empezar los calamares, y os aseguro que no era por un intento de doblar mesas y despachar al personal rápido, simplemente desconocimiento del oficio. Pero resulta desagradable tener que decir al camarero: llévese este plato y espere 10 minutos a traerlo. Lamentable.
Ensaladilla Rusa Carmelitas, 4,50 €. Quizá fui yo el que no acerté a la hora de pedir, pero una ensaladilla rusa dice mucho de un bar de tapas y quien no la sepa hacer bien, ya tiene un problema. Al igual que las bravas, son dos tapas buques insignia de cualquier local que se dedique a estos menesteres, y la verdad la de Carmelitas no está a la altura, como tampoco el tener que partir con la mano los palitos que la acompañan, ¡qué feo!.


Calamares a la andaluza, 9,95 €. Sensacionales, ya los habría probado en el Barraca y son absolutamente maravillosos y así hay que reconocerlo. Soy cliente más que habitual, yo diría que muy buen cliente de Barraca y una vez que se acercó Pellicer por la mesa a preguntar qué tal estaba todo le pregunté por el secreto de estos calamares. La respuesta sencilla: el aceite; cambiar el aceite con asiduidad cada 48 horas me comentó, es el secreto de cualquier frito. Un 10.


Papardella al estilo Paad Thai, 10,50 €. Muy buenos a pesar de la anécdota anteriormente descrita de la explicación, hay que reconocer que el plato estaba francamente bueno.


Huevos revueltos con bacalao,  4,95 € Anunciado como plato de cuchillo y tenedor y lo que realmente tenían que haber dado para comerlo era precisamente lo contrario, una cuchara. Malo, insulso, insípido, sin sabor, sin bacalao, solo huevo,  mucho huevo sin ligar, casi sin hacer... bueno en opinión de este humilde comentarista, un desastre, lo siento pero es así.


La verdad que no recuerdo que era el postre que tomé, una mousse de frutos de la pasión o algo así, Me dejó indiferente.


Volveré, repetiré, ya que es un lugar cómodo para mí, buscaré otros platos nuevos, sin olvidar nunca los calamares, y si el equivocado soy yo, y no los estómagos agradecidos os lo diré. Seguro.


CARMELITAS        C/ Del Carmen 42 ·08001 Barcelona · Telf. 93 461 59 11

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